Las cigalas son un marisco exquisito que se puede tomar tanto hervido como a la plancha.
Para mí a la plancha están muchísimo más buenas. El problema es que si las hacéis en casa, os va a oler mucho la cocina. Por eso os dí una receta en la que las hacíamos al horno. El sabor es similar al que se obtiene al hacerlas a la plancha y de esta manera no nos huele toda la casa.
Pero bueno, de vez en cuando, para ocasiones especiales, ya que además el precio de las cigalas es muy elevado, vale la pena hacerlas a la plancha. Después se ventila todo bien y listo.
Se pueden hacer enteras o partidas por la mitad, mucho más fáciles de comer, y para mí más sabrosas.
INGREDIENTES:
- Cigalas de buen tamaño
- Sal
- Aceite de oliva 0,4º
Partir las cigalas por la mitad. Para ello utilizar un cuchillo grande, que abarque toda la cigala. Colocarlo en el centro y presionar. Podéis dar unos golpes al cuchillo con la mano o un mazo de madera.
Tener cuidado no se abran del todo, que las dos mitades queden ligeramente unidas. Se parte tanto el cuerpo como la cabeza.
En una plancha, o sartén amplia, poner un poco de aceite, colocar las cigalas con el caparazón hacia abajo. Dejar unos 2 minutos a fuego muy fuerte ( el tiempo depende del tamaño del crustaceo ). Echar otro chorrito de aceite sobre la carne y una pizca de sal. Dar la vuelta de manera que la carne quede en contacto con la sartén. Que se queden las dos partes bien separadas, tanto la cola como la cabeza. Ayudaros de una espátula. Dejar otros 2 minutos.
Sacar y colocar en los platos con el caparazón hacia abajo.
Listas para comer. Con un tenedor y un cuchillo se extrae la carne y ni siquiera nos manchamos!!!! Bueno al comer las patas.
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