Los caracoles se pueden cocinar de muchas maneras.
Esta es una receta de mi abuela y esta riquísima.
A mí los que más me gustan son los avellanencs pero se puede hacer con cualquiera de ellos.
Si los compramos envasados al vacío o congelados, simplemente los enjuagamos bien y ya los tenemos listos, en ambos casos vienen ya cocidos.
Si los compramos vivos en el mercado el proceso es un poco más largo. Seguidamente os lo explicaré.
INGREDIENTES 4P:




Poner en una olla con agua que los cubra. Añadir una ramita de romero. Cocer 10 minutos a fuego muy bajito para que las mollas no se escondan.
Subir el fuego y dejar otros 10 minutos.
Como veréis sueltan mucha espuma.
Enjuagar con agua caliente. Reservar.
Rallar o picar las cebollas. Sofreír en una sartén con un poco de aceite y una pizca de sal. Fuego medio, moviendo, hasta que empiece a estar blandita.
Añadir el tomate frito. Darle unas vueltas.
Momento de poner la harina y el pimentón. Lo movemos un poquito y lo sacamos enseguida del fuego porque se quema muy rápido.
Cortar los extremos de la bachoqueta y si es muy larga, partirla por la mitad.
Reservar.
En un mortero hacer un majado con las almendras, los ajos que los hemos frito previamente en una satén, sin piel, y las guindillas. Yo es este caso le he puesto dos guindillas. Sale bastante picante. Si no os gusta mucho el picante podéis poner una o no ponerle, pero para mi el toque picantito es fundamental.
Ponemos una olla al fuego con 1,5 litros de agua. Añadimos:
Caracoles, sofrito de cebolla y tomate, majado del mortero y bachoqueta.
Salar.
Dejamos cociendo a fuego medio durante una hora hasta que la bachoqueta esté muy blandita y el agua se haya reducido casi a la mitad.
Este plato esta más bueno hecho de un día para otro.
Lo mejor, mojar pan en la salsa. Buen provecho y a comer.
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