Las setas son un acompañamiento ideal para carnes o pescados. También están muy buenas solas, como un entrante. Normalmente se hacen al horno o salteadas.
Hoy las vamos a hacer de una manera diferente que os va a encantar y permite mantenerlas hasta una semana en la nevera, CONFITADAS.
INGREDIENTES:
- 200 g de setas variadas
- 400 ml de aceite de oliva 0,4º ( 2 vasos de agua )
- 2 ajos
- 2 hojas de laurel
- Pimienta negra recién molida
- Sal
- Una cucharada de vinagre de vino blanco
Podéis comprar setas variadas, las que más os gusten.
Yo he comprado unas bandejas que venden en los supermercados con setas ya lavadas y cortadas y un poco de perejil picado. En este caso contenían:
Hypsizygus marmoreus ( conocidas como setas Shimeji )
Es un hongo que procede del este de Asia pero que también se cultiva en el norte de Europa. Se debe cocinar siempre ya que en crudo tiene un sabor muy amargo que se elimina con la cocción. Su textura, una vez cocinado, es muy agradable y tienen un ligero sabor a nuez.
Lentinula edades ( más conocida como Shiitake )
Esta seta también proviene de Asia, en concreto de Asia oriental. Su cultivo en China se remonta a hace más de mil años. China, Japón, Taiwán y Corea son los principales países, tanto productores como consumidores. Es un ingrediente fundamental en la famosa sopa de miso o el dashi, un plato de pescado muy difundido por todo el mundo. A mí me encanta su sabor y textura, tanto frita como cocida. Si no las encontráis frescas las podéis comprar desecadas. En este caso es tan sencillo como rehidratarlas con agua.
Agaricua bisporus ( Champiñón común )
De esta seta poco tengo que decir ya que todo el mundo la conoce.
Pleurotus ostreatus ( también conocido como Gírgola o campiñón ostra )
Es familia de la seta de cardo. Su carne es firme y de sabor muy agradable por lo que son muy apreciadas en gastronomía pero algo menos que sus parientas, las setas de cardo.
En fin, luego de este speech sobre setas, utilizar las que queráis, con cualquiera de ellas os saldrá buenísimo, eso sí, las setas deben estar bien limpias y cortadas en láminas, trocitos o enteras si son pequeñas. Acordaros que las setas se deben limpiar con un paño húmedo o un cepillito.
Es muy, muy sencillo.
Colocar las setas en un cazo, con los ajos partidos por la mitad, con piel, las hojas de laurel, sal, pimienta y el toque de vinagre. Cubrir con el aceite. Poner a confitar con el fuego al mínimo para que no hierva y las setas se vayan confitando poco a poco. 1 hora. Si comienza a hervir retirar del fuego para que se enfríe ligeramente y volver a poner. Así cada vez que ocurra.
Se os quedarán unas setas muy blanditas con un sabor riquísimo que, como os he dicho antes, podéis conservar en la nevera durante varios días, cubiertas con el aceite donde las hemos confitado.
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